Complicidad o....
En la legitimación de la eutanasia se induce una complicidad del médico, pues la eutanasia socava la confianza que debe presidir la relación médico - paciente, de la cual forma una parte esencial el convencimiento de que el médico no abandonará nunca a su enfermo ni nunca le infligirá ningún daño deliberado. En definitiva, se genera desconfianza cuando se es tratado por un médico que practica la eutanasia: al otorgar al médico el poder de matar al paciente éste ya no puede estar seguro de qué papel juega el médico.
Tiene lugar una pérdida de valores intelectuales y profesionales que implica el abandono por el médico de su oficio de observador científico y de protector compasivo de la vida. En efecto, la facilidad de aplicar la muerte provoca un desinterés por la toma de la historia clínica, por la ejecución de la exploración, por el rigor del juicio diagnóstico. La indicación puramente intuitiva de la eutanasia simplifica el trabajo del médico.
Tener legalizada la eutanasia conlleva una valoración diferente de la ambivalencia, la ansiedad y depresión que subyacen en una petición de muerte, pudiendo morir aterrado sin que nadie se de cuenta de ello. La experiencia clínica muestra las fases de rechazo- negación etc. existen y deben ser exploradas y tratadas. Mientras sea ilegal la eutanasia, la exploración y tratamiento con cuidado, destreza y diligencia están salvaguardados.
El paciente nos está diciendo que no quiere vivir “así” pero, no se investigan sus necesidades primordiales (familia, soledad, necesidades espirituales entre otras), con los recursos y alternativas oportunas, el paciente se encontraría satisfecho. Mientras hay vida hay esperanza de poder hacer algo que dé significado a la vida, que transforme su vida mientras dure.
Tres razones para rechazar la eutanasia
Protección de la medicina
Confianza en la actuación médica orientada al cuidado y alivio del sufrimiento sin provocar la muerte.
Protección de las personas vulnerables
Que pueden verse incitadas a pedir la eutanasia.
Protección de los fundamentos del derecho
Por el que una persona no puede dar muerte a otra.
No compartimos mensajes que vayan en contra de la vida. No vivimos en una isla desierta. Lo que hacemos, para bien y para mal, es ejemplo para otros.
¿Por qué el argumento de la libertad individual es engañoso?
Porque con él, podríamos justificar también la libertad para conducir con exceso de velocidad o la ablación. La libertad individual es un valor, pero no la podemos separar de la dignidad de la persona y de la solidaridad a la que todos, incluidas las leyes y el ordenamiento jurídico, estamos obligados.